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Getsemani

9,00

Getsemani (Colección Digital de Novela Iberoamericana nº 14) Versión Kindle de Eva Cristina Franco (Autor),
Libro 14: Colección Digital de Novela Iberoamericana

Eva Cristina Franco Caraqueña residenciada desde hace 24 años en la Isla de Margarita. Analista de sistemas, Docente universitaria retirada. Colaboró: Revista impresa Matices Contraste Cultural de Margarita; Revista digital Valencia Escribe, España; Periódico La Verdad, México. Antologías: Falsaria 3ra y 5ta edición; Perbirtud I y II, ediciones Monseiur James; Caracas en 100 palabras, Fundación La bicicleta. Concursos: Finalista Concurso Internacional Sólo50, fábula “La tristeza del Renacuajo”; 3ra. Finalista relato 400 palabras (reconocimiento y antología), Editorial Letra de Palos (reconocimiento y antología); mención honorifica “Las monedas del abuelo” AMEI; E-book, “Colección Almatica “, Juegos Literarios Argentina. Publicaciones impresas: Novela Getsemaní y el minterio del Cóndor, ediciones Monseiur Jame, Canadá. Publicaciones digitales: Colección de cuentos infantiles “Habia una vez”, patrocinado por el empredimiento, tienda virtual DetoditosBox. En desarrollo: Cuentos y poemas infantiles fauna y flora de Venezuela; Antología de cuentos de misterio.

En la cima de la montaña, a una altitud cercana a los mil y dos mil doscientos metros sobre el nivel del mar surgió una zona agrícola que emergió de los páramos de la cordillera de los Andes. Allí, en una explanada, se levantó el pueblo de Palmira, rodeado de cafetales, cacao, platanales, caña de azúcar, cascadas y flores de múltiples colores.
Pueblo de calles largas y casas antiguas; la pequeña iglesia que cuenta su propia historia de construcción y reconstrucción a lo largo del tiempo; del colegio que educa y también cómplice de tantos sueños; del consultorio médico y la yerbatera del pueblo; del abasto del portugués que era botica y mercería; del viejo café para compartir con los abuelos sus remembranzas y de la plaza Bolívar con su mirador, fiel cómplice de amores y desamores.
Palmira, la fundación del pueblo data desde la época de la colonia. En un primer intento, un 15 de junio de 1627 por Fernando Saavedra, y luego, refundada por el capitán Luis Sosa Lovera, un 5 de julio de 1642; este último, hombre de poder, fue quién pobló las encomiendas de las comunidades indígenas. Desde sus orígenes fue una población conquistada por la fe, bajo la doctrina de los seguidores de San Agustín. Al otro extremo del pueblo, casi oculta de esa pequeña parroquia de devotos, también existió una casa de dos plantas con fachada de posada, pero con una realidad distinta, velada por la sombra de la noche y las candilejas de la falsa risa.
Fue allí, justo en ese lugar, en la montaña de Palmira, en esa tierra mágica, donde surgió esta historia; drama lleno de enigmas, muertes, lágrimas y esperanzas, en el que un hombre misterioso, con un gran cóndor en su brazo, llegó acompañado de una hermosa joven, quién tenía el sueño de ser cantante, pero por oscuras circunstancias, terminó atrapada en un mundo de miseria, alcohol y prostitución. Sin embargo, su vientre fue la cuna de un ser especial llamado Getsemaní; única mujer capaz de develar los secretos dormidos de la montaña, que mantuvo por largo tiempo al pueblo sumergido en la desventura de sus más oscuras pasiones.

 

 

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